viernes, 29 de agosto de 2014

Capitulo 34: Tú te vienes conmigo

Estábamos de nuevo los cuatro juntos en el avión de los chicos dirección Barcelona, España. Las horas iban pasando y ya no sabía qué hacer para decirle a Liam que éramos demasiado diferentes para encajar en un mundo, pero como que era más Virgo que él mismo, se pensó que no lo quería. ¡Dios, me dio paciencia! Se lo expliqué mil veces más, pero mil veces más me salió con eso. Sobre las cinco y media de la tarde, recibí un mensaje de Christian:
Hola, Jennifer. Os estoy esperando en el aeropuerto, por lo que he visto los chicos, o al menos dos de ellos, os acompañan. Sed discretas, por favor.
Christian
¡Borde! Entendí que no le gustará la presión, la fama y las fans locas, pero un poco de tacto hombre. A las seis, como nos dijeron aterrizamos en el aeropuerto de Barcelona. La verdad, no había tantísimas chicas en la pista, solo cinco y la otra gran mayoría estaban en el interior gritando y saltando para capturar la atención de Liam y Zayn. Después, del drama principal, Liam lo había entendido y me dijo al oído, antes de bajar por las escaleras:
-       Jennifer, prométeme que no perderemos el contacto y siempre que uno viaje a un lugar donde el otro pueda estar lo diremos, por favor. – Asentí y siguió. – Te quiero, Jenny. No lo olvides.
Y delante la pareja, los de seguridad, cien chicas gritando y un escondido pero no visto Christian me besó. Al separarme, Belén lloraba y besaba a Zayn y le dije:
-       Liam, yo también te quiero. No lo haré, tú tampoco lo hagas.
Baje las escaleras seguida por Belén. Nos indicaron que nuestro amigo nos esperaba fuera pero me pareció ver a Christian corriendo hacia el coche y con pocas ilusiones. Vimos su mano saludarnos y nos subimos en su coche. Al entrar, ninguno dijo nada hasta que él rompió el silencio:
-       Podrías haberte despedido de él en Londres, y así, ahorrarme la escena a mí.
-       ¡Christian, por Dios! No iba a despedirme de él en Londres por que a ti te diera la gana. Además, no tendrías que haber salido del coche. Pero tranquilo, que ya está. Ya no lo vas a ver más, ¿contento? Y ahora, por favor, llevamos a casa. – Sentencié harta de sus estúpidos celos.
-       Belén se va a casa, tú te vienes conmigo a la mía a solucionar las cosas. – Dijo serio.
Muy bien, me parece estupendo. 

No hay comentarios :

Publicar un comentario