Nos levantamos con la resaca de la fiesta de anoche. Mi cabeza daba vueltas y no precisamente por el alcohol que bebí. ___ (tn) me agarró del cuello y me beso los labios. Sus maletas ya estarían en territorio británico, porque mandé a Paul y a otro hombre a llevarlas. Se notaba que ___ (tn) estaba nerviosa y ansiosa por irse, por descubrir otro mundo, Londres. Nos despedimos de sus padres y José me dijo en privado:
- Liam, te llevas mi mayor tesoro, por favor cuídala bien. No hagas como hizo John, te lo pido de padre a novio, y quién sabe si de padre a yerno.
- José, ___ (tn) es mi mayor tesoro. No la voy hacer llorar, solo procuraré que cada día tenga una sonrisa en su bello rostro y yo sea la causa de esta.
De improvisto, me abrazó como el padre que deja que su hijo se vaya al ejército. Salimos y Rose y ___ (tn) estaban llorando desconsoladamente. Sabía que por mucho que ella deseara salir de España, no soportaba la idea de dejar a sus padres y seres queridos. Las lágrimas de ___ (tn) se trasladaron al coche, y de este al avión. Lloró hasta que Niall y Harry la abrazaron y su llanto ceso. Se durmió con los dos chicos en el avión, mientras Zayn, Louis y yo la mirábamos como tontos enamorados. En realidad, yo era el tonto enamorado.
Londres estaba debajo de nuestros pies. Yo me levanté de la silla y me acerqué a ___ (tn). Estaba completamente dormía entre los brazos de Harry y la cabeza de Niall. Contemplé la dulce imagen y no pude evitar sacar el móvil y hacerles una fotografía. Harry se despertó porque Louis gritó al ver Londres después de tantos días. Tanto Niall como ___ (tn) se despertaron y yo aproveche para darle un beso a mi chica. Salimos del avión y había un montón de chicas gritando, otras llorando, pero todas callaron al ver a ___ (tn) cogida de mi mano. Entramos en el aeropuerto como pudimos, entre empujones y autógrafos.
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