miércoles, 13 de agosto de 2014

Capitulo 12

Esas cuatro palabras Yo también te quiero se quedarían grabadas en mi mente para siempre. Sabía que tenía que preguntarle si eso significaba un sí o un no. Una aprobación de lo nuestro o un rechazo. Tenía mi mano cogía entre las suyas y nuestros ojos se miraban con pasión ardiente. En cualquier momento me abalanzaría sobre ella, sobre sus labios. ___ (tn) se paso la lengua por el labio inferior y luego lo mordió, yo me contuve las ganas, pero le dije:

- ___ (tn) te quiero y quiero que vengas conmigo. Y por favor, déjate el labio porque si no voy a ser yo quién lo muerda. 

- Vendré contigo, pero con la condición… - Pero no la deje terminar, capturé sus labios en un apasionado beso. Al cabo de unos minutos, ___ (tn) se separó de mí y me dijo:

- Liam, mejor lo dejamos para cuando salga del hospital. ¿No queremos montar una escena aquí, verdad? – Me sonrió al preguntármelo.

- ___ (tn), me da igual montar una escena o no. Quiero demostrarte mi amor cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día que estemos juntos. – Y le di un suave y corto besó.- Tienes que dormir un rato, yo me quedaré aquí contigo, no te preocupes.

- No, Liam. Tienes cosas que hacer seguro, eres una estrella de la canción y uno de los cinco mejores. Veté tranquilo, estaré bien. – Me dijo son su mejor voz.

- Por mucho que insistas no me voy a ir ___ (tn), no te voy a dejar sola. Además hoy es el último día que estamos en España, somos viernes por mala suerte. Tengo todo el tiempo de sobras hasta mañana a las tres de la tarde que salé el avión dirección Madrid. 

No me contestó porque se quedó dormida mientras yo le explicaba. Se la veía tan preciosa, durmiendo como un ángel, como mi ángel. Le besé la frente y me acomodé en el sillón al lado de la cama. Cuando me desperté, ___ (tn) no estaba en la cama y eso hizo que me sobresaltará, pero enseguida me tranquilicé. Ella salió del baño con una sonrisa, se paró delante de mí y me besó. Cuando el besó terminó, ___ (tn) me dijo que había venido la enfermera y que había dicho que dentro de una hora le daría el alta. Esa hora pasó volando. Hablamos de todo tipo de cosas, de su infancia feliz y mi suerte al nacer, del colegio, etc. A las seis y media de la tarde abandonábamos el hospital y nos dirigíamos a su casa, para que sus padres supieran el futuro de su hija conmigo.

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