miércoles, 13 de agosto de 2014

Capitulo 23: Bésame

Bajamos con dos adolescentes enamoradas hasta ellos. Belén se alejó rápidamente con Zayn, y yo me quedé a las puertas del hotel mirando el suelo, esperando algún movimiento por su parte, pero en lugar de eso, mi móvil empezó a sonar. Lo saqué del pequeño bolso que llevaba colgado y en el identificador de llamadas, salía su nombre. ‘Christian’.
-       Hola, Christian. ¿Qué tal todo por España? – Pregunté con lo más calmada que pude.
-       Hola, princesa. Muy bien y echándote de menos. ¿Y a ti? ¿Qué tal la entrevista y Londres?
-       Bien, muy bien. Ahora mismo estoy con…
Pero dejé la frase en el aire, al darme cuenta de que no podía decirle que estaba con Liam y a solas. Le rompería el corazón. Miré a Liam por un segundo y sonreír:
-       Estoy con Belén y vamos a dar un paseo por la ciudad. ¿Quieres que te compre algo?
-       No, no te preocupes Jen. Disfruta del viaje. Nos vemos dentro de nada, exactamente, dos días. – Dijo muy emocionado.
-       Christian, quiero contarte algo pero no quiero hacerte daño. Eres muy importante para mí y quiero que lo sepas pero…
Levanté la vista de nuevo hacia Liam y él seguía mirándome, como absorto por mis palabras, por mí. Inspiré hondo y saqué lo que tenia tanto miedo de sacar:
-       Christian escúchame, de acuerdo. Me he enamorado de un chico, pero no es cualquier chico. Te lo dio ahora para que no te enteres por terceros, pero sobretodo, porque no quiero dañarte. Durante mucho tiempo he estado enamorada de ti, pero tú nunca me hiciste caso, por la simple razón de que nunca lo supiste.
-       Jennifer, dímelo directamente. No hagas esto más difícil de lo que ya es.
-       Christian, dejémoslo. Es lo mejor para los dos.
-       No, no es lo mejor para los dos. Es lo mejor para ti y lo sabes. Estas con alguien que a los dos minutos te correspondió y eso te hizo enamorarte como una adolescente de quince años.
-       Christian…
-       No, Christian, no. Pero quiero que sepas una cosa, él se va olvidar de ti en cuanto de vuelvas a España, y yo no voy a estar a tu lado para consolarte.
-       Vale, de acuerdo. Dímelo, dime que no me merezco estar con nadie, que estoy mejor sola. Me da igual. Dime que no merezco estar con él, con Liam…
-       Jenny, ¿Has dicho Liam? ¿Liam Payne? ¿Liam de One Direction?
Pero no le contesté y colgué la llamada. Tenía los ojos rojos y llenos de lágrimas retenidas, no tardaría mucho en derramarlas. Noté como unos fuertes brazos me abrazaban y como los labios de Liam besaban mi pelo, mientras yo sacaba las lágrimas y bañaba su camisa. Luego de cinco minutos, sorbí por la nariz y levanté mi mirada para encontrarme con la suya:
-       ¿Quieres que nos quedemos? ¿O mejor vamos a dar una vuelta y así te despejas?
Asentí con la cabeza. Pasó su brazo por mis hombros y nos dirigimos hacia el todoterreno que anoche presenció nuestro beso. Durante el viaje el silencio reino, hasta que Liam sacó el tema:
-       Jennifer, ¿Qué ha pasado? ¿Quién era el de la llamada? – Preguntó preocupada.
-       Christian. Lo hemos dejado. – Dije con la mirada en la abarrotada carretera.
-       Lo siento, Jenny. No quería ser el culpable.
-       No te preocupes, Liam. Cuando vuelva, lo solucionare.
-       Cuando vuelvas…
-       Liam, sabes me voy a ir. No hay porque obligar a nadie ni nada, pero la vida sigue y tú encontraras a la chica que buscas.
-       La cuestión es que ya la he encontrado pero ella no se da cuenta de que no quiero a nadie más que ella.
Me giré para mirarlo a los ojos, mientras aparcaba el coche y se volvía hacia mí. Me acerqué para unir nuestros labios. Después de ese beso, bajamos del vehículo dispuestos a disfrutar de nuestro día. Paseamos, nos besamos, comimos, nos besamos de nuevo y el día pasó delante de nuestros ojos. Me trajo al hotel de nuevo, pero esta vez, entró conmigo. Nos dirigimos a nuestra habitación y para nuestra suerte, Belén no estaba. Qué raro. Liam rodeó mi cintura con sus brazos y me susurro al oído:
-       Jenny, bésame.
Y uní de nuevo nuestros labios. El beso se volvió más ardiente, más apasionado. De un momento a otro, estaba tumbada en la cama del hotel, Liam encima de mí y supe que la inocencia se acababa ahí. 

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