lunes, 25 de agosto de 2014

Capitulo 32: Quédate conmigo

Tercer día plus y volvíamos a España. Me desperté con Liam a mi lado. Estaba apoyada en su pecho y sentía su respiración en mi cabeza. Subir y bajar. El avión salía a primera hora de la tarde, a las tres para ser exactas y llegaba a España a las seis, contando la hora que nos llevamos con el mundo británico.
No quería despertarlo pero, como siempre, lo hice. Abrió sus ojos y sonrió. Me acerqué a él para besarlo pero no me salió bien. Acabe debajo de su cuerpo mientras Liam sonreía de manera coqueta:
-       Buenos días, Jennifer. ¿Ya me estas provocando de buena mañana?
-       Buenos días, Liam. Yo no te provoco, eres tú el que duerme sin camisa y enseñando musculo a todo el mundo. – Le dije sin dejar de sonreír.
-       No estoy de acuerdo con eso.
Y dicho eso, me comenzó a besar el cuello, donde sabía que me encantaba y no podía resistir. No nos dimos cuenta y el reloj ya marcaba las doce de la mañana, contando que nos habíamos levantado a las once y cuarto. Me deshice de él como pude, mientras Liam seguía rogándome:
-       ¡Quédate conmigo, Jen! Por favor, puedo cambiar y lo juro. Pregúntale a Niall. ¡Te lo prometo!
Yo creo que estaba actuando para actor, porque se le daba de miedo. Iba cogiendo pantalones, vestidos y zapatos para meterlos en la maleta, cuando unas manos rodearon mi cintura y su voz me dijo al oído:
-       Jennifer, ahora te lo digo enserio, no te vayas y quédate conmigo en Londres.
Me di la vuelta y le hice frente. Tenía que terminar con eso, no podía pretender que el amor de mi vida e ídolo fuera mi novio y marido. Él merecía mucho más y por lo tanto, la relación o lo que fuese esto tenía que tener punto y final:
-       Liam, sabes que me quedaría contigo aquí y en cualquier parte, pero tú tienes una vida muy diferente a la mía y por lo tanto, yo no puedo formar parte de ella. Lo siento. Pero… - Me corto.
-       Jennifer, no me sirve que me digas que merezco una chica mejor, porque tú eres lo mejor que me ha pasado. No quiero tener que verte a través de una pantalla o saber que estas a kilómetros de mí.
-       Liam, no me lo pongas más difícil, por favor. Es mejor que lo dejemos, de verdad me duele más que a ti…
Las lágrimas empezaban a caer por mis mejillas. Intente secármelas con mis manos pero Liam me cogió la cara con sus manos y me dijo a centímetros de mis labios:
-       Déjame acompañarte a Barcelona, por favor. Juro que será lo último que haré pero concédeme este pequeño deseo.
No me dejó contestarle, porque juntó nuestros labios una vez. Me levantó del suelo y yo, como acto reflejo, rodee su cintura con mis piernas. Seguimos con ese beso que ninguno quería que se terminara. Terminamos haciéndolo, para mí una despedida, para él otra forma de decirme que me quería y que quería que me quedase a su lado. Estaba encima de él, mirándole a los ojos y le dije:
-       Puedes acompañarnos pero hazme el favor de no bajar al aeropuerto. No quiero problemas de fans locas.
Reímos los dos juntos, una vez más y él dijo:
-       No fans locas ni periodistas pesados, pero iremos en nuestro avión.
Sabía que no podía decirle nada más, porque era más cabezón que yo. Nos besamos y me dirigí a buscar a Belén. Estuve media hora buscándola pero no aparecía. ¿¡Donde se había metido esta chica!? 

No hay comentarios :

Publicar un comentario