miércoles, 13 de agosto de 2014

Capitulo 24: Gracias

Estaba a solas con Zayn en un coche negro. Jennifer y Liam se habían quedado atrás. Me sentía bien con él a solas. Protegida. Soy la clase de persona que coge confianza con mucha facilidad, aunque a veces, puede ser un problema. Durante el camino, hablamos de tonterías sin importancia, justamente, como la noche anterior. Tardamos treinta minutos y me llevó lejos de la ciudad, a las afueras de Londres, a un pequeño pueblo perdido entre las grandes nieblas británicas. Zayn salió del coche, pero lo rodeó para abrirme la puerta como todo un caballero. Me cogió de la mano y entramos en un restaurante:
-       Belén, te he traído aquí para poder estar tranquilos. – Dijo con su sonrisa.
Una vez sentados en una mesa, Zayn comenzó a saludar a todo el personal que se acercaba a nosotros:
-       Zayn, ¿puedo hacerte una pregunta?
-       Claro, dime Bel. – Dijo sin sacar su preciosa sonrisa de su rostro.
-       ¿Cómo es que conoces a todo el personal del restaurante? – Pregunté curiosa.
-       De niño trabajé aquí, aunque me pillaba dejos de casa pero la dueña del restaurante me trataba como a un hijo. Estuve muy mimado. Me gustaba estar solo, la tranquilidad y sitios desiertos. En este local, desconectaba del mundo y me olvidaba de todo. Y ahora, vengo muy a menudo.
En verdad, yo pensaba que la vida de un famoso era lo mejor del mundo pero ahora, con su historia se que no es así. Debe de ser estresante andar de arriba abajo y más, para una persona como él que prefiere la tranquilidad:
-       Pero bueno, no hemos venido aquí para hablar de mi infancia y mis penas. ¿Qué quieres pedir? – Me preguntó él.
Me gusta. Es misterioso, cerrado con lo que es suyo pero un chico encantador. Pedimos la comida y para mi sorpresa, estaba deliciosa. Nunca había estado en un restaurante tan tranquilidad y con tantísima variedad de comida. Mientras comíamos, Zayn me contó su experiencia en este restaurante, y sorprendentemente, se parecía mucho a la mía, ya que yo también trabaje de camarera en un restaurante, español obviamente.
Después de comer y con los estómagos llenos, salimos a dar un vuelta en el pequeño pueblo. Mientras veíamos los escaparates de algunas tiendas, un frío viento me congelo los brazos y Zayn lo notó. Cubrió los hombros con su chaqueta de cuero y, a continuación, dijo:
-       Estoy acostumbrado este frío y al viento, espero que no te tengas tanto con ella. – Dijo señalando su chaqueta.
-       Gracias, Zayn, por todo. – Sonreí.
Íbamos cogidos de la mano y yo lo seguía desde atrás, observando cada rincón, hasta que me choqué con su pecho. Estaba de frente a mí, y su aliento llegó a mi boca:
-       Belén, esta vez, ¿me vas a dejar besarte? Quiero que…
No le dejé terminar. Atrapé sus labios con los míos. Nos besamos como si no hubiera un mañana. No me importaba el frío. No me importaba el mundo. Nada, excepto él y sus labios. Quería estar con él, con Zayn. 

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