Después de un par de horas, ___ (tn) tenía preparada su maleta, más bien dicho las maletas. Había tres maletas, cada una más grande que la anterior. ___ (tn) estaba con una sonrisa en su rostro y eso me proporcionaba felicidad y alegría en mí. Comimos con sus padres y la conversación se fijo en mí. Resumí mi vida en menos de dos horas y tanto su padre como su madre, me escuchaban con atención. Las tres de la tarde marcaban en el reloj, que estaba colgado de la pared. ___ (tn) se despidió de sus padres. Su madre no se creía que su hija se iba a ir, pero el lunes la volvería a tener entre sus brazos y eso la tranquilizaba. Salimos de su casa y fuera nos esperaban los chicos. Niall y Harry con una bolsa de galletas esperando a ___ (tn) para compartirlas con ella, Louis al volante y Zayn mirándose en el retrovisor del coche. Sabía que ese viaje sería más divertido que romántico.
- ¡Chicos! Me alegro de verlos de nuevo. – Dijo ___ (tn) con su dulce voz.
- ¡___ (tn)! ¡___ (tn)! Harry y yo hemos traído galletas para comer los tres, ¿te apetecen? – Pregunto el joven duende.
- Es cierto, ___ (tn). Vamos que nos queda un largo camino hasta Madrid. – Contestó Harry.
- Me apetece más una siesta, chicos. – Dijo ___ (tn) sonriéndome.
- ¡Vamos que hay que coger el avión! – Dije con ganas de llegar.
Durante del trayecto de casa de ___ (tn) hasta el aeropuerto fue bastante estresante. Todos y cada uno de los chicos querían estar con ___ (tn), incluso Louis que conducía. Tuvimos que pararnos más de dos veces para que Louis pudiera estar con ella y yo quedarme al volante. ¿No se suponía que el novio era yo? En fin, llegamos al aeropuerto. ___ (tn) me miro con una sonrisa y eso me hizo olvidar el trayecto.
Subimos al avión y ___ (tn) me sentó a mi lado. Apoyó la cabeza en mi pecho y sus ojos se cerraron en segundos. La observé durante todo el viaje. Todos sus movimientos. Cada uno de estos me hacía enamorarme más de ella. Llegamos a Madrid y pensé en pedirle que fuera mi novia, oficialmente, con anillo y esas cosas, pero primero esperare a que acabe el concierto.
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