viernes, 29 de agosto de 2014

Capitulo 33: Prometedor viaje

Zayn y yo no parábamos de hablar. Era como si con él desconectase del mundo y solo estuviéramos nosotros dos. Pero me invadía un problema y es que volvía a Barcelona, y no quería volver. Estaba tan a gusto con Zayn que tenía miedo de que todo acabase. De repente, Jen me llamó:
-       ¡Jenny! – Me alegré de que me llamará.
-       ¡Por fin, Bel sigues viva! – Se alegró ella.
-       Lo mismo digo, Jennifer Payne. – Dije.
-       Escúchame. Liam y yo vendremos a buscarte para irnos al aeropuerto, ¿vale? Estate lista para dentro de media hora. – Me explico.
Le contesté y colgué. No quiero irme. En lugar de hablar con Zayn para despedirme, continuamos hablando de tonterías. Mejor, porque no me gustaban las despedidas. La media hora pasó volando y alguien llamó al timbre. Jennifer. Es hora de despedirse. Según me han dicho, Zayn no puede venir porque tiene un compromiso importante. Antes de irse, me ha dado un beso, un apasionado beso de esos de las películas y también, unas pequeñas lágrimas se me cayeron. No quiero irme:
-       Belén, nena, no llores. Nos veremos pronto, ¿vale? Nunca me olvidaré de ti.
Y antes que pudiese decirle me besa de nuevo. Una vez en el coche mi mundo me absorbió. Jenny ni se dio cuenta que estaba ahí, no sacaba la mirada de Liam, mientras este le sonreía. ¡Qué monos! De repente, miré por el cristal y vi que estábamos en la pista del aeropuerto:
-       ¿Qué hacemos aquí? – Pregunté.
-       Ya lo verás, Bel. Es una sorpresa. – Me contestó Jenny feliz.
Yo para sorpresas no estaba, así que me saqué de la manga una sonrisa falsa. A escasos metros, veo un avió y nos bajamos del coche. Era pequeño pero moderno, así que supuse que sería de Liam o de los chicos, porque este entró con nosotras. Antes de entrar en el avión, Jenny me dijo:
-       Vale, Belén. Espérate en la puerta y mira hacia la pista. No nada en el mundo se te ocurra girarte. ¿De acuerdo?
Asentí y me dediqué a mirar el paisaje grisáceo y frío de la pista. De un momento a otro, ese frío se largó y en su lugar, unas calientes manos se posaron en mis hombros y una voz susurro en mi oído:
-       Nena, un viaje sin mí no sería lo mismo.
¡Zayn!  Le pregunté qué hacia aquí, y como Liam, me dijo que me acompañaría a Barcelona, para acto seguido besarme. 

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