domingo, 10 de agosto de 2014

Capitulo 21: Es suficiente

Increíble. Primero la veo llorando y a los dos segundos de que Zayn la invite a comer mañana, sonríe. No hay quien la entienda. Antes de que contestara ella, la metí en el coche y así evitarme un problema. Liam y su bondad nos trajeron al hotel, pero yo seguía sin quitarme a Christian de la cabeza. Tres días y todo volvería la cruda y triste realidad. Mi mente no dejaba de repetirme que había engañado a Christian, pero mi corazón me decía que no, que lo habíamos dejado por si las circunstancias del viaje. Una vez enfrente del hotel, intenté bajarme, coger a Belén e irme a la cama, sin pensar en todo lo que venía, pero su voz, su dulce y sexy voz me dijo:
-       Jennifer, ¿Por qué?
-       Liam, no hay una sola razón, hay millones de ellas. – Dije mirando el salpicadero del todoterreno.
-       Pues dímelas. Tengo toda la noche y creo que tu también. – Dijo mirando detrás de él, donde Bel dormía plácidamente.
-       Liam, antes de venir aquí yo estaba en una relación, con Christian.
Al decir eso, su rostro de descompuso y apretó los nudillos en el volante.
-       No te digo esto para hacerte sentir mal, Liam. Pero entiéndeme, ahora mismo estoy hecha un lío. Me gustaba desde hacia tiempo y por una vez, que mi amor es correspondido… - Me interrumpió al segundo de decir la palabra ‘correspondido’.
-       ¿Por una vez? ¿Y yo? ¿Yo no te he correspondido a tu amor? – Me preguntó con los ojos abiertos y oscuros. Sus nudillos estaban blancos en el volante.
-       Liam, sabes que no pero…
-       ¿Pero qué? Dímelo, Jennifer. Confía en mí. – Dijo suplicante.
Sus manos viajaron hasta las mías y con ellas, mi mirada. No supe que hacer en ese momento. Así, que opté por la verdad:
-       Liam, Christian me gusta y mucho, pero… - Y me volvió a interrumpir.
-       Vale, Jenny. Es suficiente. No necesito escuchar nada más. – Dijo cortante, distante y sobretodo, herido.
Soltó mis manos de golpe:
-       No me escuchas, Leeyum. Nunca lo haces. – Dije abriendo mi puerta.
-       No me llames así. No tienes derecho a…- Esta vez lo hice yo.
-       Solo si te hubieras tomado un segundo de tu valioso tiempo a escucharme, solo un segundo, hubieras sabido que Christian me gusta, pero del que me he enamorado eres tú.
Y cerré la puerta del copiloto. Rodeé el coche y me dirigí a la entrada del hotel, dispuesta a volverme mañana a Barcelona y contarle a Belén… ¡Belén! Me giré de golpe para ir a buscarla a la parte trasera del todoterreno, pero me topé con sus labios. Por un momento, pensé en apartarme pero me fue imposible. Sus manos estaban a ambos lados de mi cara, sujetándome como si fuera una muñeca de porcelana que se iba a romper. Con mis brazos me aferré a su cintura, y acerqué su cuerpo al mío, pidiendo a los dioses que no dejaran que este momento se terminase. Él fue el que se separo, solo unos milímetros, para mirarme a los ojos y decirme:
-       Yo también estoy enamorado de ti, Jen.
Volvió a unir nuestros labios y con su humor británico y su maravillosa y hermosa sonrisa, dijo:
-       Creo que Belén prefiere la cama a la parte trasera de mi todoterreno.
Cogió a Belén como si fuera una princesa. Ella, inconscientemente, más le vale que sea inconscientemente, se aferró al cuello de Liam. Me quedé mirando la escena y rápidamente subí con ellos, hasta nuestra habitación. Dejó a Belén en su cama y yo la arropé como a una niña pequeña. Cogida de la mano de Liam, lo acompañé hasta la puerta y ahí me dijo:
-       ¿Nos vemos mañana? Creo que Belén tiene una cita con Zayn y también creo que a ti te gustaría ver Londres de la mano de tu ídolo y ahora, enamorado.
Asentí con la cabeza mil veces y mientras sonreíamos como locos enamorados, nos besamos. Después de nuestro beso, Liam se fue. Dejé para mañana la llamada que tenía que hacerle a mi español favorito. 

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