(2029):
Esta historia empezaba a sorprenderme. Los chicos cada vez que recordaban la historia, se entristecían y sus lágrimas no cesaban hasta pasadas dos horas. Niall con sus ojos azules tristes, termino su narración y Zayn la continuó. Parece que nunca voy a saber el final, porque Liam, antes de que Zayn empezará, le cortó y me dijo que eran prácticamente la una del mediodía.
Rápidamente me despedí de todos y empecé a correr hasta mi casa. No tenía tiempo de esperar al bus, tenía que llegar antes. Cuando llegué a casa, mi madre estaba sentada en el sofá, con rabia e ira en su rostro. Bien Will, ahora te la vas a cargar, dijo mi subconsciente. Intenté empezar lo mejor posible:
- Hola mamá, ¿Cómo te ha ido el trabajo hoy? – Le pregunté y besé su mejilla.
- Ahórrate la formalidad, Will. ¿Dónde te metes? Estos últimos cuatro días no has ido al instituto, al menos el jueves y el viernes. Tu profesor me llamó y me preguntó si estabas enfermo. Yo como que no sabía nada le dije que estabas con fiebre y dolores musculares. Dime, ¿Dónde te metes, Will?
- Mamá, el jueves no fui porque me dijeron que era vaga y que los profesores no vendrían y el viernes me fui a jugar al futbol con unos amigos. – Le mentí a la cara, y sabía que como se enterase me quedaría castigado por el resto de mi vida.
- ¡No me mientas, William Smith! Dime, con quien te estás viendo. ¿Son drogas? ¿Alcohol? Por favor, podemos solucionarlo juntos. – Pero que dice, está loca…
- Mamá, si te dijo la verdad, prométeme que no te enfadaras ni me vas a gritar.
- Hijo, dime la verdad solamente.
Le expliqué que durante estos cuatro días había estado viendo a los chicos, cuando ella me dijo que no lo hiciese. También que había rebuscado en su habitación para encontrar alguna pista sobre quien era mi padre. A mesura que se lo iba contando, su cara mostraba signos de rabia, enfado y tristeza. Sí, mi madre estaba llorando cuando terminé.
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