domingo, 14 de septiembre de 2014

Capitulo 39

Me desperté al cabo de seis horas. Esos cuatro pares de ojos no estaban a mi lado y me incorporé en la cama de mi habitación 2205. Vi como tres cuerpos descansaban en los sillones, y un cuarto apoyado en mi cama. Con toda la suavidad del mundo, lo desperté y el primer par azul sonrió:

- Buenos días, princesa. ¿Ya has visto a tu hijo? – Me preguntó Niall.

- Hola, duendecillo. Qué alegría verte de nuevo. No aún no. – Dije con la voz bajita, pero los otros tres se despertaron.

- ¡___(tn), princesa! ¿Cómo estás? – Me dijo Zayn.

- ___(tn), te hemos echado mucho de menos, no sabes cuánto. – Me explicó Harry, con lágrimas en los ojos. 

- Es cierto, cuando te fuiste la casa estuvo en silencio durante más de una semana. – Aportó Louis. 

- Hola chicos. Me alegró mucho de teneros aquí. Por cierto, ¿Y Liam?

Y supe que no vendría a ver a su hijo. Los chicos se callaron, pero por su suerte la enfermera Nora, me trajo a mi hijo. Mi William. Éramos 22 de mayo del 2014 y eso me hizo pensar que hoy hacia justamente un año que había conocido a Liam y a los chicos y las lágrimas surgieron de mí sin permiso previo. 

- ___(tn), no llores, por favor. Vendrá, seguro. Es Liam, es su padre. – Dijo Louis.

- No lloro porque no va a venir, sino porque hoy hace un año que nos conocemos y eso me traer tan buenos recuerdos. 

Todos nos abrazamos, pero sin aplastar a William. Mi hijo estuvo tres semanas, casi un mes, en la incubadora y un día que estaba sola en la habitación, entró el padre:

- Liam… Hola. ¿Qué tal todo? – Le pregunté.

- Lo siento mucho. Siento no haber estado en el parto, no haberte llamado, no haber sido un padre para William. – Me dijo con las lágrimas.

- Ven aquí. – Me senté en la cama y abrí los brazos para abrazarlo.

Tenía apoyado en mi pecho su rostro y notaba como su respiración era irregular pero poco a poco se iba calmado. Cuando levantó la cara, me pidió ver a William y yo le dije:

- Liam, aunque tú y yo no estemos juntos, es tú hijo. Puedes verlo siempre que quieras.

Se acercó a la cuna que estaba al lado de mi cama y observó al niño, a su hijo.

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