El mes de octubre llego y yo no estaba en mis mejores momentos. Me había instalado en la habitación de Liam y cada día al despertar lo tenía al lado, protegiéndome. Los chicos aceptaron nuestra relación y desde ese día que colgué la foto de Liam durmiendo, él comunico a medio mundo su amor por mí. Cada vez que iba al baño era un reto que volviera de una pieza al dormitorio, hasta que Liam me obligo a ir al hospital.
El hospital llamado Santa Coloma de Dios, era enorme todo de colores marrones y claros, como anaranjados y beige. En seguida nos atendieron, por tratarse de la novia de Liam Payne. La doctora, Katherine, me hizo una serie de preguntas, como estas: Si me drogaba, fumar, cada cuanto lo hacíamos, cuando fue la última, si utilizábamos condones…Lo que me recordó la última vez en el Heathman, hacia relativamente poco. Mierda. Pero guardé mis temores para más tarde, aunque estos no tardaron en salir a la luz.
- Bien, según las ecografías y las pruebas, estás embarazada de unas tres semanas, aunque no estamos muy seguros ya que el feto es muy pequeño. Felicidades.
- ¿Qué? ¿Embarazada? ¿Tres semanas? Me lo dice en serio…
- Señorita Payne, observo que es un embarazo no deseado y puede que su chico no lo sepa.
- Está en lo cierto, si lo estoy esto puede acabar con su vida y no quiero que lo haga, por favor no se lo diga. Ya se lo diré yo cuando vea la oportunidad. Gracias.
Y salí de la habitación para encontrarme con un Liam muy estresado y a punto de un ataque de nervios. Lo tranquilice con un abrazo pero él supo que algo no iba bien, así que me preguntó:
- ___(tn), ¿estás bien, cariño?
- Sí, claro, ¿Por qué no iba a estarlo, Liam?
- No sé, te noto diferente, ¿Hay algo que quieras contarme?
- Mmmm….no. Estoy bien. – Le dije, no muy segura de mi respuesta.
- ¿Seguro?
- Segurísimo, amor.
Y capturé sus labios para que dejara el interrogatorio hasta llegar a casa.
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