lunes, 13 de octubre de 2014

Capitulo 36: Jennifer, princesa

Sabía que me caería la bronca encima. ¡Superado! Pero él no era nadie para echarme en cara el haberme besado con Liam. Llegamos a su casa y lo primero que hizo fue gritarme:
-       ¡¿Te has vuelto loca, Jenny?! No puedes estar con él, por favor. Es el típico famosillo que te quiere para llevarte a la cama. ¿Qué no lo ves?
-       ¡Pues si! ¡Me he vuelto loca de remate! ¡NO ME GRITES, POR QUE SABER QUE YA NO ESTOY CON ÉL! – Grité yo más fuerte.
-       Bien, me alegra saberlo. – Sonríe con autosuficiencia.
¡Este está más celoso que un mi hermana cuando otras abrazan a Harry! Por favor.
-       ¡Serás capullo! Solo te preocupaba que estuviera con él y punto. ¡ERES UN CELOSO DE MIERDA! Y para que lo sepas, me he acostado con él y es un puto fenómeno en la cama. – Grité fuera de mí.
Y en cuanto lo dije fue demasiado tarde para remediarlo. Un guantazo me giro la cara de golpe y caí en el suelo dándome con la parte del ojo en el canto del sofá. No me moví y mi mano viajó hasta mi mejilla que ardía por el guantazo de Christian. Me levanté como puede, alejándome de las manos de él. Le miré a los ojos, aguantándome las lágrimas y él dijo:
-       Jennifer, princesa… perdóname. No quería pegarme. No fue mi intención.
Intentó acercarse a mí, pero me alejé de nuevo. No quería su contacto ni por todo el oro del mundo. Con la mano aún en mi mejilla, salí de su casa y cogí un taxi hasta nuestra casa. Miré por el retrovisor del conductor y vi mi ojo con un leve color morado. Mañana tendría un morado como una casa. Llegué a casa y Belén no paró hasta que abrí mi puerta y grito:
-       ¡¿CHRISTIAN TE HA PEGADO?! ¿HA SIDO ÉL?
Yo muerta del pánico, el miedo y la rabia me eché a llorar a sus brazos hasta que dijo con cierta maldad en su voz:
-       Tienes que contárselo a Liam. 

No hay comentarios :

Publicar un comentario