jueves, 31 de julio de 2014

Capitulo 5: La fiesta (Parte 1)

A Belén no le entraba en la cabeza que nunca encontraría un chico a mi medida. Era demasiado extrovertida como para encontrar a un chico que le gustara tal y como soy, pero ella seguía insistiendo. Des de siempre que he tenido en mi mente la típica relación: se conocen, se enamoran, todo va sobre ruedas, pasa algo inesperado y luego se arregla y cosas así. Pero en la vida real nada es así. Mientras discutíamos sobre el mismo tema de siempre, íbamos entrando a las tiendas del centro comercial de Barcelona, mirando todo tipo de cosas que luego no compraríamos. También miramos ropa y algunas cosas para llevarnos a Londres, como por ejemplo: pantalones largos y algo estrechos para mi gusto, pero que según Belén a los chicos les encantarían, camisas que marcaban la cintura y los pechos, etc. En mi vida me hubiera comprar cosas semejantes, pero Belén podía ser muy persuasiva. 
Al final y con las manos llenas de bolsas, llegamos a casa. Las dejamos en la encimera de la cocina y nos pusimos manos a la obra. Mientras yo iba sacando botellas, platos de plásticos y demás, Belén empezaba a diseñar como seria la fiesta:
-       Jenny, esto lo pondremos delante del televisor. Nuestras habitaciones cerradas con llave, ¿eh? No queremos ver escenitas en nuestras camas. La bebida la pondremos…Mmmm… en la encimera cuando falten unos minutos para que llegue la gente.
Belén iba hablando y yo solo asentía. La verdad no tenía muchas ganas de fiesta, pero tenía que empezar a vivir como una chica de mi edad. Con 22 años, no había tenido una relación seria y según mi compañera no la tendría si no empezaba a moverme. Las horas iban pasando y yo cada vez estaba más nerviosa. Sabía que vendrían nuestros amigos, pero deseaba con todo mí ser que llegará Christian. No he hablado mucho de él, pero es un chico totalmente diferente a los demás. Nunca en mi vida me he animado a hablarle. Demasiada vergüenza a que algo saliera mal y no poder salir de mi apartamento en un año. Christian era más alto que yo, de cabellos castaños y ojos verdes. Un chico agradable y simpático, por no decir que era todo un bombón. Según Belén, era el típico jugador de futbol que tenia a todas las chicas comiendo de la palma de su mano, pero yo no lo veía así.
De tanto en tanto, lo veía en la biblioteca leyendo y que yo sepa los jugadores universitarios pisan todo el campus menos la biblioteca. Y como siempre, nunca tuve el valor de acercarme, pero eso ya es agua pasada. Hoy, estaba segura de que vendría con su equipo, Izan, Paul, Marc, Alex y creo que Matt, también juega, y cogería al toro por los cuernos. Está vez, no se me iba a escapar.
Belén seguía diciendo su interminable discurso sobre dónde poner las cosas. Veía que iba guardando ciertas cosas de valor en su habitación. Precaución. Punto para ella. Faltaba una hora para que el reloj diera la diez y los invitados comenzasen a llegar. Belén sé fue a su habitación y yo a la mía. Complicación. ¿Qué me pongo? Saqué medio armario fuera y seguía sin saber que ponerme. Al cabo de los minutos, mi compañera entró en mi cuarto con un vestido azul marino corto hasta las rodillas y con los tacones en las manos, pero yo sabía que a los dos segundos se los quitaría, como yo:
-       ¡Jenny! ¡Vamos! Que falta media hora solo. ¿Haber que te vas a poner?
-       No solo sé. No sé que ponerme, Belén.
-       Yo me pondría ese vestido marrón que tienes con los tacones negros.
-       ¿El que me puse para la boda de mi tía Marie?
-       Ese. Es precioso y te queda muy bien. Además, sé de cierto chico que va a venir y no es el que te trae loca.
-       ¡Belén! No digas eso, que es peor. Ya estoy suficientemente nerviosa como para que me digas que él va estar aquí.
-       ¡Pues te lo digo! ¡Christian va a venir! Me lo ha dicho Katherine que su hermano se lo ha dicho, mientras se cambiaban en el vestuario.
Solo de pensar en el vestuario los colores se me subían a la cabeza. Jenny, vamos, vuelve en ti, mujer. Eso es. VAMOS. Me vestí con la mirada de Belén y el control de esta. Veinte minutos más tarde, estábamos sentadas con una copa en la mano, esperando. El timbre sonó y fui abrir. Aaron, Matt y Katherine entraron y con un saludo empezó la fiesta. El timbre no paraba de sonar y cuando ya éramos veinte personas en el apartamento y yo ya me había mentalizado que no vendría. El timbre me sacó de mis pensamientos. Fui a abrir y Christian apareció ante mí:
-       Hola Jennifer. Estás preciosa.
PRE CIO SA. Mierda, ¿Cómo se hablaba?



Hola! Aquí os dejo el link para leerla en Wattpad:

http://www.wattpad.com/story/9607244-the-story-of-my-life

No hay comentarios :

Publicar un comentario