miércoles, 30 de julio de 2014

Capitulo 4: Compras para Londres

¡Se acabó! Después de una semana llena de exámenes, ya era sábado. Pero no un sábado cualquiera, sino un sábado especial. Celebraríamos nuestro viaje a Londres, y con los exámenes no lo hemos podido saborear bien. Jenny y yo íbamos a dar una pequeña fiesta en nuestro apartamento, pero antes necesitábamos ir a comprar todo tipo de cosas para que la fiesta fuera de lo más explosiva, pero lo que más nos importaba en ese momento, era ir a comprar todo lo necesario para ir Londres.
Fuimos a al centro de Barcelona, donde encontraríamos todo lo necesario para la fiesta y para nuestro querido viaje. Nos decidimos ir por la mañana, ya que por la tarde, aparte de que habría muchísima más gente, tendríamos que organizarlo todo para la noche. Estaba segura de que Marisol intentaría colarse en nuestra fiesta, fuese de quien fuese una fiesta ella siempre aparecía. Pero la verdad, me iba a divertir mucho viendo como intentaba seducir a Aaron.
Aaron, en realidad, era uno de los chicos más solicitados de toda la universidad. Era fuerte con unos brazos musculados bien marcados, ya que casi cada día intentaba ir al gimnasio. Esos ojos verdes enormes, que me enamoraron y ese pelo castaño que me volvían loca. No sé porque pienso en esto a estas alturas, no siento nada por él. NADA, pero no puedo evitar pensar todo lo que pasamos juntos. Fueron muchos momentos con él, muchas horas hablando por la noche hasta altas horas de la madrugada. Aparte de ser muy atractivo, era muy buena persona, romántico, cariñoso, te hacía reír a cada momento sin importar tu estado de ánimo, y lo que me atrajo de él, su misterio. Jenny piensa que aún me atrae, y que siento cosas por él, pero en verdad no o eso es lo que pienso yo.
Jenny seguía pensando en su mundo cuando yo pensaba en el mío:
-       ¡Jenny! Tierra llamando a Jenny.
-       ¿Qué? Perdón…estaba pensando…
-       ¿En quién pensabas? ¿En un futuro novio? Tengo que conseguirte uno antes de que veamos al que te traer loca eh…
-       Al que me trae loca nunca se fijaría en mí.
-       Eso no lo sabes nunca, querida Jennifer.

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